sábado, 12 de mayo de 2018

TRES EMES



(mientras leía el libro, pensaba todo el tiempo en este dibujo de Ramon, me parece que es una buena interpretación del sentimiento que produce su lectura)
M de Muñoz Molina
En este blog he hablado en varias ocasiones de los libros de Antonio Muñoz Molina. La verdad es que me gusta mucho como escribe. Pero sobre todo, me gusta mucho de lo que escribe. Muñoz Molina está inventando un género: el biográfico-narrativo-colectivo. ¡Menudo nombre me ha salido! Este último libro Un andar solitario entre la gente, es un walk book, un libro de paseante urbano que entremezcla vida privada con miradas pausadas al mundo y con el relato de vidas ajenas, las de cuatro o cinco escritores que también caminaban. Todo ello servido en forma de pequeños textos que casi se pueden leer al azar. Este es un libro para llevarse de viaje, o mejor aún, para llevarse en un paseo tranquilo por la ciudad. Quizás me ha gustado tanto porque yo también soy una paseante habitual. Me encanta caminar por Barcelona,  mirar las tiendas, a la gente con la que me cruzo. Me gusta detenerme en una parada de autobús y escuchar la gente que habla de sus cosas. No me gusta ver como no miran los demás, casi siempre con los ojos puestos en el teléfono móvil, incluso caminando. Andar, pasear, es descubrir. Y de la mano de Muñoz Molina descubres un Madrid veraniego, un Nueva York invernal, un Londres del siglo XIX, un Paris de principios de siglo. Descubres desde una perspectiva nueva a Edgar Allan Poe, Walter Benjamin, Charles Baudelaire, Thomas de Quincey, eslabones de un paseo imaginario al que se suma Muñoz Molina y sus alter egos. Y al que se suma el lector que sabe mirar. Para acabar solo quiero contar una anécdota. En la estación de metro Maragall de la Línea 4, vi a un chico leyendo un libro. Me acerqué a ver que leía y cuando me di cuenta que era Un andar solitario entre la gente, sonreí, saqué mi libro, se lo enseñé y le dije: “Yo también”. Me miró y sonrió.


(Xavier Valls pintó varias veces el barrio barcelonés de Horta donde nació su hijo Manuel Valls. 
Este cuadro se llama: Horta 1968)
M de Manuel Valls
Me gusta mucho la idea de que Manuel Valls pueda ser alcalde Barcelona. Me gusta, independientemente de que lo haya propuesto Ciudadanos. Me gustaría igual si lo hubieran propuestos los chicos de la CUP, cosa inverosímil y altamente improbable, pero no imposible; no los veo proponiendo como cabeza de lista a un europeísta del sistema. Me gusta Manuel Valls por lo que significa: romper barreras, fronteras, límites, naciones, exclusiones. Me gusta porque es una bocanada de aire fresco que me impulsa a pensar que no está todo perdido y que los hombres y mujeres (no nos olvidemos de ellas) de Europa pueden postularse en cualquier sitio superando el hecho de ser español, catalán, barcelonés, para ser simplemente EUROPEO, así, con todas las letras, en mayúsculas. Quien lea este blog sabe que soy una europeísta convencida, que creo en la abolición de los estados/nación para ir a una unidad política (no solo económica) cultural y social que nos fortalezca a todos. Una Europa que todavía no existe, y que hay muchos que no quisieran que existiera nunca. Populismos y nacionalismos de derechas e izquierdas se unen contra la idea de una Europa fuerte. Lo ha demostrado estos días la amenaza en Italia de la unión contra natura entre los populistas (de izquierdas) del Movimiento 5 estrellas y los populistas (de derechas) de la Liga Norte. Esto es algo que me preocupa y mucho. Porque yo defiendo para el futuro una Europa que nos pueda garantizar una cierta estabilidad frente a tiranuelos de cualquier color y tamaño a los que esta idea les produce sarpullidos. Manuel Valls es un hombre nacido en Barcelona, criado en Francia, formado en Europa. Tiene todo el derecho del mundo a postularse como alcalde de una ciudad europea A mi no me pareció ni mal ni raro que un argentino kirchneriano de vocación peronista que nunca ha entendido esta ciudad, fuera primer teniente de alcalde. ¿Por qué no? Tampoco me parece mal que un partido alemán, residual, católico, nacionalista y de un pasado dudoso le haya ofrecido a Carles Puigdemont encabezar sus listas para el Parlamento Europeo. ¿Por qué no? ¿Por qué no aspirar a que un hombre como Manuel Valls, con ideas y con experiencia política, gobierne Barcelona? Mas personas como él debería haber en las listas de todos los partidos.


(no me resisto a poner esta foto histórica. Cuando Ramon hizo una exposición en París en el año 1985, Xavier Valls vino a verla y  le hizo mucha gracia saber que éramos casi vecinos)

M de Mayo 68
Quería hablar del Mayo del 68 ahora que se cumplen cincuenta años de su toma de las calles. Pero me da pereza. Me parece muy lejano. Han pasado tantas cosas desde entonces, en mi vida, en el mundo, en la sociedad. Lo dejo para los historiadores y los nostálgicos. Prefiero recordar unas frases de Goethe mucho más antiguas, que sin embargo me parecen más actuales y necesarias que todas las consignas del famoso mayo francés.
•Donde se pierde el interés, también se pierde la memoria.
•El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
•Es peligroso aquel que no tiene nada que perder.
•Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se enteren de que el autor ha aprendido algo.
•Lo importante no es hacer cosas nuevas sino hacerlas como si nunca nadie las hubieras hecho antes.
•Los sabios y los tontos son igualmente inofensivos; los que más son de temer son los sabios a medias y los medio tontos.
•Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
•Lo que puedas hacer, o sueñes que puedes hacer, empiézalo.
•Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.
 

(Goethe también estuvo en París)




1 comentario:

  1. Lo siento, Núria, pero discrepo con tu comentario «M de Manuel Valls».
    A mi también me gusta «romper barreras, fronteras, límites, naciones, exclusiones». Pero el aire fresco que reclamas no creo que pueda llegar de Manuel Valls por la simple razón que no representa la Europa que yo quiero. La Europa del capital financiero no es el mío, la de las puertas cerradas para los inmigrantes víctimas de guerras y expolio tampoco, y aún menos la Europa de la represión violenta contra la disidencia… esto es para mi lo que Manuel Valls representa. El hecho de haber nacido en una ciudad no necesariamente le califica por encima de alguien que lleva años viviendo en ella. Me parece una reflexión más bien xenófoba.
    Un saludo,
    Jonas

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