sábado, 9 de diciembre de 2017

CONFLICTOS



Conflicto político: El viaje
Esta no es una gran película. Pero es un gran tema. Año 2006. El primer ministro Tony Blair preside en Glasgow las negociaciones de paz para Irlanda del Norte donde se enfrentan los dos eternos enemigos, el líder del Sinn Fein Martin McGuinness y el implacable pastor protestante unionista Ian Paisley. Una circunstancia inesperada les obliga a realizar un viaje juntos en un coche, acompañados solo de un joven chófer. El viaje fue real, aunque no en un coche sino en un avión. Lo que pasó en ese viaje nadie lo sabe. Las consecuencias si. Al llegar a su destino, los dos enemigos se dieron la mano y comenzaron las negociaciones para firmar una paz definitiva en Irlanda del Norte. La película se disfruta por los dos actores que dan vida a los personajes reales, Timothy Spall y Colm Meaney. Pero sobre todo la película es importante porque pone en evidencia que hablar y conocerse es el primer paso para entenderse. Pero, y eso es lo mejor de todo, deja muy claro que una vez dicho todo lo que hay que decir, hay que saber ceder, en cierto modo traicionar, para conseguir un futuro mejor. Hace falta mucho valor y mucho sentido de estado para atreverse a traicionar pensando en que es lo mejor para todos y no solo para los propios aduladores. Es una lección que deberían aprender muchos de los políticos de ahora mismo.



Conflicto social: Suburbicon
Esta no es la gran película de Clooney, ni la gran película de los Coen. Pero la unión de todos si hace que sea una estupenda película. Me explico. Los Coen escribieron un guión hace años el que estaba el germen de algunos de sus personajes futuros. Finales de los años cincuenta, una pequeña ciudad de clase media blanca, con sus casitas y sus jardines. Un hombre acosado por las deudas, un agente de seguros corrupto, una mujer hipócrita y cobarde, una pareja de matones de comic, una serie de crímenes imperfectos. El mas puro Coen vive en Suburbicon. Pero entonces llegó Clooney y aportó a este universo un nuevo elemento: en este idílico pueblo de blancos, aparece una familia de negros, de clase media, pero negros. Y eso introduce un contrapunto a la historia, una especie de ruido de fondo, de murmullo presente todo el film sin llegar nunca a ocupar el primer lugar de la acción. Es el contexto que permite que la historia de estúpidos asesinatos que suceden uno detrás de otro en la casa de al lado, puedan hacerse con total impunidad ante la indiferencia de todos, mucho mas entretenidos en acosar y maltratar a los negros que en vigilar la hipocresía asesina de sus vecinos. Aunque se ambiente en los años cincuenta, la historia habla de la América de Trump de ahora mismo, donde una clase media empobrecida y miserable mira a enemigos ajenos, mientras su presidente asesina a su propio país. Pero de este Suburbicon se puede sacar una lección mas colectiva y universal. Los políticos manipulan a la gente para que ataque a enemigos imaginarios a fin de que no miren los asesinatos, económicos, sociales, corruptos, que perpetran con total impunidad. Lo vemos todos los días. Gran lección la de esta película divertida, cruel, negra, con un humor sacado directamente de los dibujos animados de El Coyote y el Correcaminos.


Conflicto doméstico: Llueven vacas
Tampoco esta es una gran película. Pero también es un gran tema. La violencia de género ocupa demasiadas veces las páginas de los diarios y las noticias de la televisión. Siempre, o casi siempre, a raíz de un asesinato, seguido de un suicidio. La violencia de género, encierra una verdad mucho más dura: el fracaso de una sociedad que no da ninguna salida ni al hombre, ni a la mujer, ni a la pareja. Solo la muerte. “La maté porque era mía”. Pero precisamente por eso me mato a continuación porque ya no tengo nada. Bueno, esta película de titulo sugerente y muy gráfico, va de violencia de género. Pero de una que se ve menos, de la que se habla poco, que no sale en los periódicos. Y sin embargo está mucho más extendida y es igual de dolorosa y castradora que la física. La violencia psicológica, el control sobre el pensamiento, la manipulación de la vida del otro. Si el marido decide que llueven vacas, la mujer no solo debe verlas, sino debe protegerse no sea que le caiga una en la cabeza. En nuestro mundo llueven demasiadas vacas. En las casas y en la sociedad, donde nos hacen creer continuamente que llueven vacas del cielo para que no pongamos en duda ninguna de sus “verdades”. Denunciar eso, a través de una pareja, Margarita y Fernando, interpretada por seis actores distintos, es lo mejor que tiene este film teatral, pequeño, y nada ambicioso. Una excelente ocasión de hablar de esa otra violencia. La que no se ve, pero se sufre en silencio y colectivamente.



Conflicto amoroso: En la playa sola de noche
Esta si es una gran película. A pesar de ser criptica, privada, con claves que solo los involucrados pueden entender. Es una gran historia de amor y de desamor, de palabras y de emociones, de sueños y pesadillas, de alcohol y de paseos. De fantasmas también. Hong-sang soo es uno de los más grandes directores del momento. Su cine de largas secuencias, de paisajes, playas, parques y mujeres, es una invitación constante a dejarte llevar por su belleza, por sus emociones, por sus pasiones. Cuenta una historia en dos partes. La primera en Hamburgo, la segunda en una pequeña ciudad costera de Corea del Sur. Cuenta la historia de una actriz abandonada después de tener una aventura con un hombre casado, un director de cine. Cuenta la historia de su intento de entender esa situación, de asumirla, de vivirla. Pero por encima de todo, cuenta la historia de una mujer que sueña en la playa, sola de noche. Y pasea. El romanticismo presente en la música de Schubert y en los encuadres dignos de Caspar David Friedrich,  tiene como contraste las dos largas secuencias de comidas y bebidas donde el alcohol hace aflorar la verdad, las lágrimas, el dolor y la impotencia. Rossellini y Rohmer, releído por un coreano exquisito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario