sábado, 31 de diciembre de 2016

FUTURO


Acabo de leer un libro precioso. Se llama El bosque infinito y es de Annie Proulx, la autora de Brokeback Mountain. Es una historia de Estados Unidos y Canadá desde el año 1693 hasta ahora mismo contada a través de dos familias vinculadas a los bosques y la madera. Pero más que historia de Estados Unidos, debería decir que es la historia de la destrucción de un mundo (entendiendo por mundo, naturaleza y hombres) para construir una nación. Es terrible y aleccionador ver la capacidad de devorar los bosques con el único objetivo de ganar dinero y amasar grandes fortunas. Debo decir que leer este libro me ha hecho comprender la figura de Donald Trump, su incultura, su salvaje desprecio al entorno, su negacionismo respecto a la realidad actual. Hay una frase en el libro que me parece resume este personaje. La dice un alemán que a mediados del siglo XIX llega a los bosques  de Michigan: “los americanos solo tienen noción de tres años: el año pasado, el que estamos y el año próximo”. El resto, el antes del año pasado, la historia, el patrimonio, la experiencia y el después del año que viene, la herencia que dejaran a sus hijos, el futuro del planeta, no les importa nada. NADA.

No todos los americanos son así ni mucho menos, por suerte. Pero si lo es su inmediato presidente. Y si lo son muchos de los que le han votado. Y si quieren entender porque le han votado, no basta con leer el libro de Proulx, una película que se estrena este viernes lo explica bastante bien. Se titula Comanchería  y está dirigida por David Mackenzie. Comanchería es un western crepuscular y contemporáneo que parece un remake de Tierra de audaces (1939) de Henry King. Allí los dos hermanos Jesse y Frank James se dedicaban a robar bancos en venganza contra la compañía del ferrocarril que los había desposeído de sus tierras. En Comanchería, los hermanos Tanner y Toby Howard se dedican a robar los bancos que les han arrebatado sus tierras por no poder pagar las hipotecas y los prestamos. El paisaje es parecido en las dos películas: pueblos polvorientos y semi abandonados, granjas ruinosas, gentes empobrecidas y sin esperanza. Este ha sido el caldo de cultivo de muchos de los votantes de Trump que se han creído que el rubicundo magnate les iba a devolver la grandeza perdida. Una grandeza conseguida a fuerza de destruir el país sobre explotándolo sin control. Comanchería es un film de aventuras del siglo XXI, romántico y desencantado con dos héroes muy distintos: Tanner sabe que no tiene lugar en ese nuevo orden que ha surgido de la crisis y acaba como el Humphrey Bogart de El último refugio, perdido en las montañas; Toby, en cambio, consigue triunfar gracias al sacrificio de su hermano y acaba explotando la tierra sacando petróleo de ella. El petróleo  y el carbón que Trump en su estrecha visión de un año antes y un año después, considera indispensable para la economía. El futuro ¿a quién le importa?

1 comentario:

  1. Hola Núria! Enlloc d’acceptar el teu perdó per un “post tan personal” et dono les gràcies per obrir un nou vincle sobre el meu propi trajecte i fer-me reflexionar sobre el trist foscor on ens trobem ara a Europa i el món. Aniré a veure la peli amb la Núria Vidal de Llobatera. Salutacions!

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