viernes, 21 de octubre de 2016

LA PROXIMA PIEL


(ésta montaña de Ramón es La Peña Foratata que protege el pueblo de Sallent de Gállego donde se rodó gran parte de la película)
Hay muchas cosas que me gustan en esta película: una es la palabra. El hecho de que se utilice con toda naturalidad y cotidianidad los tres idiomas que se hablan en la zona, castellano, catalán y francés, le da a toda la historia no solo una credibilidad, sino una frescura que se echa mucho de menos en casi todo el cine español y catalán contemporáneo.
Otra es el uso de los paisajes nevados del Pirineo de Huesca. Agrestes, rocosos, duros, blancos y puros, escondiendo bajo la capa de nieve pasiones e historias que poco a poco se van deshelando, como esa imagen del principio en la que la nieve se convierte en agua transmitiendo sensaciones de deshielo con el sonido tanto como con la imagen.
La relación de Leo/Gabriel con Ana, ¿su madre? está al principio tan helada como las estalactitas de la montaña, pero poco a poco se va licuando, dulcificando, pasando de lo congelado a lo líquido, de la parálisis al movimiento. Cuando al final su relación sea agua, turbia por el recuerdo que finalmente ha aflorado, todo estará en orden.
Me gusta mucho esta película escrita y dirigida a dos como si fuera uno. Tan igual y tan distinta a los anteriores trabajos de Isaki Lacuesta y de Isa Campo. Tan clásica (¡como me gustan las películas clásicas!) tan compacta, tan normal. Aunque sea una normalidad cargada de extrañeza. O una extrañeza hecha normalidad.
Me gustan los actores. Sergi López, un hombre corroído por la duda, llena la pantalla como complemento oscuro de una Emma Suárez luminosa, dispuesta a bailar hasta el final y llegar a un espacio de pacto (la palabra es de los directores) que les permita a ella y ese hijo encontrado vivir juntos. Ese personaje al que Álex Monner dota de una ambigüedad que se mantiene todo el relato, ¿será o no será su hijo? Curioso que una película rodada en ambientes tan fríos tenga dentro una fuente de calor tan potente que le permite no caer nunca en el melodrama, pero ser, sin embargo, un film lleno de sentimientos y emociones.

2
Este sábado 22 de octubre me entregan el Premio Simone de Beauvoir en la XXI Muestra de Cine Dirigido por Mujeres de Bilbao. Estoy muy contenta porque es la primera vez que se lo dan a alguien que no es directora. Gracias¡¡¡¡









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