sábado, 7 de mayo de 2016

OLIVOS



El día que Icíar Bollaín empezó el rodaje de El Olivo, le mandé  la imagen que ilustra este post. Es una mujer dormida bajo la sombra de un olivo milenario, un cuadro que transmite  un “estado de  ausencia en la mujer y el árbol, un deseo  de felicidad”, en palabras de la amiga que tiene este cuadro en su casa. A Icíar le gustó mucho el cuadro y me comentó que pensaría en él cuando se agobiara en el rodaje. Creo que, por suerte para ella, no tuvo mucha necesidad de recurrir a serenarse con la pintura porque El olivo fue un rodaje muy feliz, lo que no quiere decir tranquilo ni fácil.
Ahora se ha estrenado por fin la película escrita por Paul Laverty y dirigida por ella. He de reconocer que la empecé a ver condicionada por el cuadro y lo que en mi evoca. Y quizás por eso en un primer visionado me sentí un poco defraudada. Es un error que cometemos mucho (críticos y espectadores), proyectar en la película lo que nos gustaría ver. Fue después de una segunda vez cuando me di cuenta que Icíar y Paul habían hecho su película, (no la mía) y que era así como debía mirarla. Al cambiar de punto de vista pude apreciar lo mucho que hay de Icíar en una película que es totalmente de Paul.
Me explico: Paul Laverty es el guionista habitual de Ken Loach. Paul tiene, como el director inglés con el que se entiende a la perfección, una mirada crítica sobre la sociedad, una mirada siempre condicionada por la realidad a la que no duda en denunciar en todas sus injusticias. La idea de contar la historia de un olivo milenario, arrancado de su lugar de origen y utilizado como ornamento de una multinacional que explota el medio ambiente, es Paul 100%. Pero Icíar no es Loach. Icíar tiene su punto de vista mucho menos doctrinal (sin dejar de reivindicar el mensaje). A Icíar le gustan las personas. Y en ellas se fija. Y en ellas se apoya. Por eso en esta aventura, una olivo movie, tiene tanta importancia el personaje de Alma, la nieta empeñada en devolver la vida y el habla a su abuelo; pero también es importante Alcachofa, ese tío que hace lo que sea por ayudar a su sobrina y Rafa, ese amigo que la adora y lo deja todo para acompañarla en su búsqueda. Cuando los tres están juntos en la pantalla, el nivel sube y sube. Yo me quedo con esos momentos en que Alma está todo menos dormida como la mujer del cuadro, y que, sin embargo, son los que me permiten evocar el sueño que retrata: el sueño de alcanzar un imposible.


2
Mayo de 1940
El tema de los refugiados no es nuevo. En la reciente historia de Europa ha habido muchos refugiados huyendo de la guerra y el hambre y moviéndose en masa por las carreteras arrastrando lo poco que tienen. Mayo de 1940 nos recuerda uno de estos éxodos olvidados y podríamos decir que absurdos e innecesarios: el de casi ocho millones de franceses que se lanzaron a las carreteras huyendo de la invasión alemana. No sirvió de nada esta huida ya que al poco tiempo Francia capituló frente a Alemania y los refugiados volvieron a sus tierras. El film de Christian Carion cuenta esta historia desde el punto de vista de la gente, los que entienden porque han de irse y los que no. La gran virtud del film es que no haya ni buenos ni malos, solo gente desorientada que busca una manera de sobrevivir en un mundo caótico y sin reglas.
La película me ha hecho pensar en los miles de refugiados que están ahora mismo en campos de acogida (iba a escribir concentración, pero no es lo mismo) y que deambulan como almas errantes de un país a otro. Tengo que confesar que esta crisis de los refugiados me provoca una cierta contradicción. Por un lado, si pienso en los seres humanos arrastrados a este éxodo dejándolo todo atrás, y veo como se los trata en las puertas de esa Europa que creen es el paraíso, me sublevo y me indigno. Pero si consigo hacer abstracción de las vidas humanas y lo veo con una cierta perspectiva, me pregunto a quién beneficia este cruel tráfico de seres vivos. Porque no entiendo que ha motivado que de repente (hace tiempo ya de la crisis, pero apareció de pronto un día sin mas) se haya producido este movimiento. La guerra en Siria hace cinco años que dura y solo hace unos meses han empezado a salir los sirios. ¿Por qué no antes? Y ¿por qué hay tantos refugiados que vienen de Pakistán, de Afganistán, países donde las guerras son endémicas desde hace casi quince años? No tengo una respuesta clara. Pero en mis manías conspirativas no puedo dejar de pensar que hay fuerzas económicas y políticas a las que les interesa crear un conflicto en Europa que dinamite desde dentro los fundamentos de la propia Unión Europea. Obligando a los países a enfrentarse al dilema de acoger a esa masa ingente de seres perdidos, les fuerzan a entrar en contradicción y eso favorece el crecimiento de corrientes xenófobas, racistas y sobre todo antieuropeistas que les van muy bien a todos aquellos (de derechas y de izquierdas) que están poniendo en duda la misma idea de Europa. 
Me parece tan amoral y tan indigno que se use a los refugiados como arma arrojadiza de acusaciones en uno u otro sentido y que se les utilice como instrumentos de desprestigio sin tener en cuenta que estamos hablando de personas, de seres humanos, de gente desplazada y asustada a los que hay que acoger y cuidar, pero sobre todo a los que hay que ayudar para que puedan volver a su tierra, a su pueblo, a su lugar.

Recuerdo los relatos de mis padres, ambos refugiados, perdedores de la guerra civil española, caminando en las carreteras rumbo a esa Francia que los encerró en campos de concentración pocos meses antes de que los propios franceses iniciaran el éxodo que retrata el film de Carion, Lo tengo demasiado presente como para no comprender el dolor de los hombres, mujeres y niños que vemos en todos los telediarios. Pero tengo también muy presente lo que mis padres contaban: no queríamos irnos y solo pensábamos en volver. 

1 comentario:

  1. Hace relativamente poco que sigo a Nuria, pero ahora espero cada domingo ese email que me dice que ya tengo a mi disposición la lectura de su entrada semanal.
    Hoy, leo que ha llegado, hemos llegado si mi permites a la entrada 500. Felicidades Nuria. Espero poder seguir disfrutando de tus post durante mucho tiempo más.
    De nuevo, felicidades.

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