sábado, 14 de mayo de 2016

500 ENTRADAS¡¡¡


Espías en el cielo
Un ojo en el cielo que lo ve todo. Un ojo que vigila cualquier espacio por pequeño que sea. Eso es lo que cuenta este interesantísimo thriller bélico y político. La guerra en el siglo XXI no tiene nada que ver con las guerras anteriores. Es una guerra global que se organiza desde espacios cerrados y muy alejados entre si, conectados por la tecnología. Una guerra del futuro para combatir la barbarie del pasado, una barbarie que hace que sus gentes vivan en el miedo y el atraso más absoluto, que obliga a sus soldados a sacrificarse en nombre de una religión mal entendida. Hay en esta película dos momentos que para mí son los más terribles: en esa ciudad de Nairobi, en una barriada dominada por las corrientes islamistas más extremas, un padre intenta enseñar a su hija de nueve años a leer y a jugar, pero debe esconder los libros cuando llega cualquier extraño y debe regañar a su hija por jugar cuando hay visitas. Otro pequeño apunte: en el mercado, un soldado recrimina duramente a una mujer porque enseña las muñecas. Son dos momentos que pasan casi desapercibidos en medio de la tensión dramática de esa operación global en la que una coronel británica dirige desde una base inglesa un ataque a una casa en Nairobi donde se encuentran cinco terroristas, con la ayuda de un dron americano manipulado desde Las Vegas, el control de datos desde una base en Hawai, y con el apoyo directo de los militares africanos que operan en el territorio gracias a pequeños artilugios que lo ven todo. La pregunta que plantea el film y que se plantean políticos y militares con respuestas distintas en función de los intereses de unos y otros es ¿se puede sacrificar una vida humana para salvar la de ochenta? ¿Es más importante salvar una niña que acabar con cinco de los terroristas más buscados del mundo que están a punto de cometer dos atentados suicidas?  La película no da respuestas claras, ofrece los argumentos de todos y deja que sea el espectador el que decida si vale la pena o no. Estamos ante un film que nos obliga a pensar y a tomar posiciones.


  
High Rise/Rascacielos
¿Qué habría hecho David Cronenberg con esta novela de Ballard? Si recordamos Crash, podemos imaginarlo. Y si lo imaginamos, mejor que no lo haya hecho. La película sería insoportable. Ben Wheatley no es Cronenberg, pero no puede evitar ilustrar a Ballard y Ballard es implacable. Uno de los aciertos de la película es estar situada tanto por vestuario como por lenguaje, en los años setenta (la novela es de 1975). El otro acierto es el de no perder nunca de vista el personaje guía que nos conduce en ese rascacielos de podredumbre y de ruina del que es prácticamente imposible salir. Un rascacielos que se convierte en símbolo de la sociedad de clases, arriba los poderosos, abajo los explotados, sin que unos sean mejores que otros; un rascacielos donde la tribu se impone a la colectividad. Cuando el individuo desaparece, la sociedad tiende a convertirse en caos. Rascacielos de Ballard lo cuenta muy bien en ese espacio que podría ser el de El ángel exterminador.

Historia de Nuestro Cine
El programa de la 2 de TVE que desde hace justo un año ofrece cada semana la posibilidad de recuperar cinco películas españolas del siglo XX agrupadas de forma temática, está siendo sin duda una enorme fuente de sorpresas. Cada semana presenta películas de distintas décadas, cine de los años cuarenta y cincuenta, hecho en pleno franquismo, junto al cine de la transición y de la democracia. Un cine del que nos hemos olvidado y al que una serie de tópicos encierra en un gueto histórico/ideológico que el programa se encarga de demostrar semana a semana que debe ser revisado con ojos no condicionados por las ideas políticas. Esta semana en concreto, Historia de Nuestro Cine la dedica a las películas españolas que han estado en el Festival de Cannes y no tengo ningún reparo en recomendar que no se pierdan la primera: Doña Francisquita, de Ladislao Vajda, 1952. Una película moderna en su estructura, divertida en su argumento, arriesgada en su estética y colores y con una secuencia absolutamente insólita en el cine español de entonces (y de ahora).


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