viernes, 29 de julio de 2011

HOLLYWOOD/BOSQUE SAGRADO


(tiempo suspendido a la orilla del mar)
Ayer se anunciaron las películas españolas en Venecia.
Entre ellas esta el documental Hollywod Talkies de Oscar Pérez y Mia de Ribot.
Dicen que es un documental, pero en realidad Hollywood Talkies es mas bien un ensayo poético sobre un hecho concreto: la vida de los actores españoles que en los primeros años 30 fueron a Hollywood para hacer versiones en español de las películas americanas.
Ver este film me ha provocado varias reflexiones.
1. Se puede hacer cine sobre un hecho histórico sin necesidad de recurrir a las imágenes de archivo. La evocación es mas fuerte que la información.
2. El tiempo que se evoca en este poema es un tiempo suspendido, detenido entre dos momentos: el de la salida de una España gris que estaba a punto de despertar; el de la vuelta a una España negra sumida en una guerra civil.
3. Por eso las imágenes que acompañan el texto que una voz en off va leyendo son imágenes vacías, quietas, en silencio. Espacios vividos, ahora habitados por presencias del recuerdo.
4. Esta no es la crónica de un fracaso ni siquiera de una frustración. Es la crónica de un error. El de creer que la lengua determina la elección de una película. Espléndida lección que deberían aplicarse muchos gobiernos ultranacionalistas que sustentan toda la cultura en el hecho lingüístico.
Mientras veía la película tenia una sensación flotando en mi cabeza. Fue al terminar cuando me di cuenta que esa sensación era el recuerdo de la foto que en Barton Fink de los Hermanos Coen obsesiona al protagonista. La imagen de una mujer sentada en la orilla de una playa en un tiempo tan suspendido y vacío como el que sugiere este precioso documento.
Una última acotación. La palabra Hollywood quiere decir literalmente Bosque Sagrado.
Nunca antes esta definición de Hollywood me pareció tan acertada como en esta película poblada de fantasmas.

jueves, 21 de julio de 2011

LOS HOMBRES DE AL LADO


(un agujero negro)
Mañana viernes se estrena una película argentina. Se llama El hombre de al lado.
La historia es la de un conflicto entre dos ideas del mundo. Por un lado está Leonardo, un famoso diseñador, exquisito y rico que vive en un edificio singular, la Casa Curutchet, diseñada en 1949 por Le Corbusier; por otro lado está Víctor, el hombre de al lado, un vulgar vendedor de autos. Cuando Víctor decide abrir un agujero en una pared de su casa justo enfrente de la famosa mansión, simplemente para disfrutar de un poco de sol, se produce el enfrentamiento. No voy a entrar aquí en si la película está bien o está mal, ni siquiera si me gusta o no. Lo que me lleva a escribir estas líneas es lo que tiene de metáfora de nuestro mundo. Durante décadas Europa (mas que Estados Unidos) ha vivido en una casa de diseño perfecto, frío, sin alma, guardando las formas, manteniendo el decorado, cultivando la hipocresía del estado del bienestar. Durante décadas ha permanecido con los ojos y los muros cerrados a todo lo que no le gustaba ver, colocando a todo y a todos en las casillas que mejor le convenían. Hasta ahora en que, de repente, el hombre de al lado ha decidido abrir un agujero en la fachada de su edificio para conseguir un poquito del sol que Europa desperdicia porque ya no sabe valorar. Ese hombre de al lado son las revueltas del norte de África que tanto han descolocado a los acomodados europeos instalados en la confortable idea de que los árabes son todos fundamentalistas. Pero como Víctor, nuestros vecinos también quieren un poquito del sol de la libertad y la modernidad que no ven hace muchísimo tiempo. Y han abierto un boquete en su pared. Y se han puesto a mirarnos. Y, como Leonardo, nos hemos puesto nerviosos. No todos, por suerte. Algunos han entendido que ese boquete en la pared del vecino, también es un boquete en la propia pared de una Europa que ya no existe.

lunes, 18 de julio de 2011

18 DE JULIO


(celebrando el 14 de abril en México)
Me acabo de dar cuenta que hoy es 18 de julio. Hoy se cumplen 75 años del inicio de la Guerra Civil Española. ¡75 años ya! Hace poco, el 14 de abril, se cumplían 80 de la proclamación de la República. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo, tres generaciones por lo menos, y aun las tengamos presentes como losas que no nos dejan respirar tranquilos. A nadie, pero sobre todo, a los que las padecimos indirectamente pero en primera persona. Mis padres llegaron a México en 1939 como refugiados políticos. Se conocieron en Veracruz y en el D.F. nacimos mis hermanos y yo. Desde que tengo uso de razón, la República y la Guerra forman parte de mi paisaje. Un paisaje condicionado por las vivencias de mis padres, evidentemente ambos del bando republicano. Me ha costado muchos años y mucho esfuerzo ser capaz de tener una mirada mas objetiva sobre aquellos hechos. El ser parte de los perdedores siempre condicionó nuestra educación. Claro que en México ser perdedor era mucho más cómodo. En México se vivía muy bien en relación con la España de la posguerra y los años 50. Pero en realidad lo que mis padres (y por extensión nosotros, sus hijos, los hijos del exilio) perdieron no fue una guerra sino un lugar imaginario que no existía mas que en su memoria y que jamás recuperaron. En este blog se supone que hablo de cine, pero no me apetece hablar del cine de la guerra civil, tan denostado durante mucho tiempo por el uso y abuso de historias todas cortadas con el mismo patrón: republicanos malos, fascistas buenos durante la larga noche franquista; fascistas malos malísimos, republicanos buenos buenísimos, desde que se recuperó la democracia. Ni unos ni otros. La verdad es que creo que aun está pendiente la gran película de la Guerra Civil Española. Esa que se acerque a la historia con unos criterios contemporáneos no condicionados por ningún tipo de memoria histórica adquirida, ya sea de color azul, ya sea de color rojo. Espero que en algún momento alguien se atreva a filmarla. Hace falta.

sábado, 9 de julio de 2011

KELLY VERSUS KELLY



(Ava nos mira directamente, Grace lo hace de reojo. Las dos nos interpelan)
No puede haber dos Kellys mas dispares que la Kelly que hace Ava Gardner en Mogambo y la Kelly (Grace) que fue su compañera de reparto en esa película. No pueden ser mas desiguales y (sin embargo) mas parecidas. Una morena de 31 años, otra rubia de 24. Ambas con una vida nada fácil aunque por motivos diferentes. Las dos divertidas, bebiéndose la vida (como dice Marcos Ordóñez), pero de diferentes bebidas: Ava, la morena, de whisky, Grace, la rubia, de champagne. Las dos se han juntado en mi cabeza estos días gracias al excelente documental de Isaki Lacuesta La noche que no acaba, estrenado ayer, y al interesante libro de Donald Spoto, Grace Kelly que ha publicado Lumen recientemente. Kelly y Kelly. Dos mujeres obligadas a representar un papel en la vida, un rol que les asignaron los estudios y el público y contra el que se rebelaron en cuanto pudieron. Dos princesas, de barrio y de cuento, que llegaron a reinar juntas en una película inolvidable.
El documental de Isaki plantea un diálogo entre dos Avas, la mujer en pleno esplendor que llega a España en 1951 para rodar Pandora y la mujer en plena decadencia que rueda Harem en 1985. Un diálogo de imágenes y de voces, de edades y de actitudes. Un diálogo que evoca una vida entre dos tragos de whisky. El libro de Donald Spoto plantea un diálogo entre el autor y la amiga muerta. Con el respeto a su memoria, con el dolor de su ausencia, con el placer de su recuerdo.
Ambos, película y libro, se pueden disfrutar en paralelo y vivirlos como un tercer diálogo, el de Grace y Ava, el de Kelly y Kelly.

viernes, 1 de julio de 2011

PAISAJES CON FIGURAS

Se han estrenado este viernes dos películas que me gustan mucho. De una escribí en este blog hace mucho tiempo, en abril del año pasado. Recupero ahora el texto para aquellos que no lo leyeron o no lo recuerdan. Se trata de White Material o como se llama ahora Una mujer en África, de Claire Denis.
La otra es el western boliviano y crepuscular de Mateo Gil, Blackthorn. Una película llena de melancolía y de añoranza, donde los paisajes de las montañas son espejos del alma de sus personajes.
Las dos me gustan de verdad y las dos tienen una cualidad común: son historias donde el paisaje es protagonista, historias físicas que no se entienden sin el escenario de un África convulsa como un hormiguero recién pateado donde María Vial intenta mantener la calma (Una mujer en África); o el altiplano andino de amplios horizontes donde tres hombres buscan un destino.
Las dos las recomiendo.

(este dibujo de Ramón resume la esencia de Una mujer en África)
Acabo de ver la última película de Claire Denis, White Material.
Denis es una directora francesa muy poco y mal conocida en España. Pero es sin duda una de las mejores y más potentes realizadoras del momento. Junto con Kathryn Bigelow, es, yo creo, la que mejor sabe retratar el mundo físico en el cine. Sus películas destilan cuerpos, calor, olor, animalidad, peligro.
Claire Denis ha tenido siempre una pasión por África, pero nunca hasta ahora la había retratado de una forma tan cruda teniendo como guía (o pincel) el rostro de una mujer, Isabelle Huppert, que literalmente se desnuda frente a la cámara. No para mostrar su cuerpo, pero si un alma hecha a toda clase de pruebas.
La historia pasa en la actualidad en cualquier país francoafricano sumido en el caos y las múltiples guerras civiles. Maria Vial dirige una plantación de café. Pero los tiempos no son ya los del romanticismo de Memorias de África. Ahora la gente muere y tiene miedo. La barbarie reina por todas partes. Maria intenta no dejarse llevar por el pánico cuando la violencia llega hasta sus puertas. Aunque en realidad la violencia está incubada en su mismo seno, encarnada en Manuel, su hijo, un ser salido directamente del Apocalypse Now de Coppola.
White material, el título hace referencia a esas cosas inútiles que solo usan los blancos y que sirven para que los negros jueguen con ellas; White material, es también los restos de una conciencia colonial que nunca cerró bien las heridas abiertas por una explotación y un abandono sin limites; White material, son esos vestidos amarillos y rosas que las niñas soldado visten apoderándose de su esencia para perturbarla.
Un film que merece ser visto, que debería ser distribuido. (por fin lo ha sido)
Publicado en este blog el27 de abril del 2010)



(una montaña de Ramon que evoca el paisaje boliviano)
Lo primero que piensas al ver esta película es que estas ante un western crepuscular. Luego, cuando la recuerdas, te das cuenta que es muchas mas cosas: es un film sobre la necesidad de la amistad; una profunda reflexión sobre la vejez y la memoria; la historia de una obsesión; la crónica de una reivindicación indigenista. Es todo esto sin duda, pero sobre todo, es la aventura de dos hombres y un paisaje. O mejor aun, de tres hombres. Dos de ellos, los más viejos, tejen una espiral hacia dentro, buscando en lo que fueron la razón de lo que son; el otro, el mas joven, traza una espiral hacia fuera, huyendo de un destino que él mismo se ha marcado. Todo sucede en los años 20 del siglo pasado en el altiplano boliviano. Blackthorn, un viejo cowboy con el rostro cruzado de arrugas de Sam Shepard, intenta recuperar su vida perdida cuando un joven arribista español, Eduardo Noriega, se cruza en su camino. Intimista a pesar de estar rodado en grandes espacios abiertos, este film de Mateo Gil es un buen ejemplo de que el cine europeo puede atreverse con temas aparentemente reservados a Hollywood.
(Publicado en Fotogramas 2012)